La salud mental en el entorno corporativo tiene un papel crucial en el escenario organizacional moderno, ya que se configura como una base fundamental para la construcción de un ambiente de trabajo saludable, productivo y humano. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los trastornos mentales se encuentran entre las principales causas de ausencias laborales en todo el mundo.
Hablar sobre la salud mental en el entorno corporativo es fundamental, ya que el trabajo tiene uno de los impactos más profundos en el bienestar de las personas. La propia OMS destaca que el 13% de la población mundial vive con algún tipo de trastorno mental. Algunas empresas, equivocadamente, ven el estrés, la fatiga extrema, el desánimo, los lapsos de memoria, entre otros, como un cansancio puntual que se puede resolver con la programación de vacaciones o algunos días de descanso.
Diversos aspectos pueden comprometer el bienestar mental de los colaboradores, como el exceso de horas y metas irreales; la falta de valoración del trabajo y de los logros; un clima organizacional negativo, con conflictos, chismes y falta de comunicación; estancamiento profesional y comportamientos abusivos. Los equipos mentalmente sanos se vuelven más motivados, dispuestos, felices y, consecuentemente, más productivos.
Invertir en medidas que promuevan el bienestar mental es esencial para implementar una cultura organizacional positiva, como ofrecer programas de bienestar, promover el equilibrio entre la vida personal y profesional y fomentar una comunicación abierta y transparente. Al priorizar la salud mental, las empresas también cosechan beneficios como:
- Reducción del ausentismo y la rotación: Los colaboradores más saludables se ausentan menos y permanecen más tiempo en la empresa;
- Mejora en la calidad del trabajo: Mayor productividad, creatividad y compromiso generan resultados superiores;
- Atracción y retención de talentos: Los profesionales buscan empresas que se preocupan por su bienestar;
- Mejora de la imagen de la empresa: Fortalecimiento de la marca como un empleador responsable y humano.
Invertir en la salud mental en el entorno corporativo es una inversión en el futuro de la empresa, en la calidad de vida de los colaboradores y en la construcción de un mundo laboral más justo. Al fin y al cabo, la salud mental es una necesidad básica para el éxito individual y colectivo.