Lean Construction es una filosofía de gestión que pretende eliminar el despilfarro en todos los procesos de construcción. Al centrarse en aportar valor al cliente, la metodología busca optimizar el flujo de trabajo, reducir el tiempo de ejecución y minimizar los costes. La aparición de este método se inició en el siglo XX, gracias al "Modelo T" de Henry Ford, y tuvo una aportación fundamental del sistema desarrollado por Toyota en la posguerra.
Principios básicos de la metodología Lean en la construcción
Añadir valor a la construcción
Definir claramente lo que el cliente valora en el proyecto, esforzándose por satisfacer sus necesidades con precisión y eficacia.
Mapeo del flujo de valor
Analizar detalladamente todas las fases del proceso de construcción, identificando las actividades que añaden valor y las que pueden eliminarse u optimizarse.
Crear un flujo continuo
Elimine interrupciones y retrasos en el flujo de trabajo, buscando una producción continua y eficiente.
Producir sólo lo necesario
Evitar los excedentes de producción adaptando la producción a la demanda real de los clientes.
Búsqueda de la perfección
Implantar un sistema de mejora continua, buscando siempre optimizar los procesos y reducir los residuos.
Ventajas de aplicar la metodología Lean en la construcción
Reducir costes eliminando residuos y optimizando procesos. Al centrarse en aportar valor al cliente, la metodología Lean da lugar a proyectos de mayor calidad y durabilidad. Además, la optimización de procesos y la eliminación de actividades que no aportan valor añadido ayudan a reducir los plazos de entrega de los proyectos.
La metodología Lean también promueve un entorno de trabajo más organizado y eficiente, aumentando la productividad del equipo. Al entregar los proyectos con mayor calidad, a tiempo y con menores costes, la satisfacción del cliente aumenta considerablemente.