Los cimientos son la base de cualquier construcción. Es responsable de transmitir las cargas del edificio al suelo de forma segura y estable. La elección del tipo de cimentación depende de varios factores, como el tipo de suelo, la carga del edificio, las condiciones climáticas y las normas técnicas vigentes.
Las cimentaciones se clasifican en cimentaciones superficiales y cimentaciones profundas, y se clasifican en función de la profundidad de disipación de las cargas actuantes.
Cimientos principales poco profundos
Los cimientos superficiales se colocan a poca profundidad, normalmente hasta 3 metros, y la carga se transfiere directamente a las capas superficiales del suelo. Suelen ser menos costosos de construir e ideales para suelos con buena capacidad portante en las capas superiores.
A continuación se presentan los ejemplos más comunes de cimentaciones poco profundas:
Sapatas
Son elementos de hormigón armado que transmiten las cargas de un pilar o un grupo de pilares al suelo. Existen distintos tipos de zapatas, como las aisladas, corridas, asociadas y de delimitación.
Radier
Es una losa de hormigón armado que cubre toda la superficie del edificio, distribuyendo las cargas uniformemente sobre el terreno. Se utiliza en edificios pequeños y en zonas con buena capacidad de carga.
Bloques de cimentación
Se trata generalmente de elementos simples de hormigón, de forma cuadrada o rectangular, capaces de disipar pequeñas cargas sobre el terreno. Se utilizan en construcciones pequeñas y en suelos de buena calidad.
Principales cimentaciones profundas
Los cimientos profundos son aquellos cuya disipación de cargas se produce en las capas más profundas del suelo. Suelen costar más, pero tienen capacidad para soportar cargas más elevadas en suelos con baja capacidad portante en las capas superiores.
A continuación se presentan los ejemplos más comunes de cimentaciones profundas:
Estacas
Son elementos lineales de hormigón armado o metal hincados en el suelo, que transmiten las cargas a capas más profundas y resistentes. Hay distintos tipos de pilotes, como los prefabricados, los colados in situ y los de barrena continua.
Tuberías
Son elementos excavados en el suelo y rellenos de hormigón armado. Se caracterizan por el trabajo manual de excavación profunda para ensanchar la base y son capaces de soportar grandes cargas. Pueden utilizarse en suelos blandos y en zonas con un nivel freático alto, en cuyo caso se utiliza aire comprimido para contener las paredes laterales y evitar el colapso.
Ataúdes
Son elementos de gran tamaño utilizados en obras especiales como puentes y viaductos. Consisten en grandes cajas o bloques huecos de hormigón armado, que se comportan como estructuras flotantes, distribuyendo las cargas del edificio sobre una mayor superficie de terreno.
Cimientos mixtos
La combinación de cimentaciones superficiales y profundas también es posible y habitual, siendo las más comunes el radier piloteado y la zapata piloteada.
Factores que influyen en el tipo de cimentación
La naturaleza del suelo (arenoso, arcilloso, rocoso) influye directamente en la elección del tipo de cimentación. Los edificios más pesados requieren cimientos más fuertes, mientras que la presencia de agua en el subsuelo puede poner en peligro la estabilidad de los cimientos. En las regiones donde llueve mucho, hay que tomar medidas especiales para evitar problemas de humedad.
La NBR 6122:2019 - Proyecto y Ejecución de Fundaciones, de la Asociación Brasileña de Normas Técnicas (ABNT), establece los criterios mínimos para el proyecto y ejecución de fundaciones.
Elegir el tipo de cimentación adecuado es fundamental para garantizar la seguridad y durabilidad del edificio. Una cimentación mal dimensionada o mal ejecutada puede causar problemas como grietas, asentamientos y, en casos extremos, el derrumbe de la estructura.
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