La agenda ESG -responsabilidad medioambiental, impacto social y directrices de gobernanza- gana cada vez más terreno en el sector de la construcción. Ha creado alternativas que optimizan los recursos durante la construcción y benefician a los empresarios. Muchos incluso aceptan renunciar a parte de su rentabilidad a corto plazo para aplicar políticas ESG.
Entre las nuevas prácticas están el ahorro y la reutilización del agua, con la construcción de bloques de hormigón espaciados que permiten que el agua escurra. Las fuentes de energía renovables reducen el impacto ambiental y los costes para el propietario. La reutilización de materiales también permite volver a moldearlos para utilizarlos en otros edificios.
Los materiales reciclados, como el plástico y la madera, pueden utilizarse para construir moldes modulares, reduciendo así el uso de hormigón y acero. Entre las innovaciones tecnológicas, el modelado en 3D ayuda a evitar residuos y permite realizar pruebas antes de empezar las obras.
El valor de ESG para la industria de la construcción
La aplicación de prácticas ASG también redunda en la creación de valor para la empresa. Genera un crecimiento de los ingresos al atraer a un público más amplio y comprometido. Ayuda a contener los costes operativos, especialmente los relacionados con las materias primas, el agua y el carbono. También alivia las presiones normativas, aumenta la productividad de los empleados y favorece la optimización de activos e inversiones.
Según la ONG Green Building Council, que promueve las certificaciones en Brasil, es posible reducir el consumo de agua en 40%, el consumo de electricidad en 30%, las emisiones de dióxido de carbono en 35% y la generación de residuos en 65% aplicando la agenda ESG en la construcción.