Los edificios sostenibles desempeñan un papel crucial en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. Además de reducir las emisiones de carbono y fomentar la eficiencia energética, estos edificios también tienen repercusiones sociales positivas, como la creación de empleo, el fortalecimiento de las comunidades y la formación de profesionales especializados en sostenibilidad.
En términos de salud y bienestar, los edificios sostenibles abordan directamente cuestiones como la reducción de las enfermedades respiratorias y pulmonares relacionadas con la mala calidad del ambiente interior. Mediante soluciones como la iluminación y la ventilación naturales, estos edificios mejoran la calidad del aire, reducen la contaminación, garantizan entornos más sanos y confortables para sus ocupantes, además de ahorrar en la factura de la luz y proporcionar un mayor confort visual al reducir el uso de luz artificial.
El objetivo de una energía limpia y asequible es especialmente relevante para los edificios sostenibles, que aspiran a duplicar la tasa mundial de mejora de la eficiencia energética de aquí a 2030. Soluciones como la iluminación natural permiten un uso más consciente de la energía, reduciendo significativamente los costes de electricidad y el impacto medioambiental de los edificios, además de promover fuentes de energía alternativas.
Por último, el objetivo de ciudades y comunidades sostenibles subraya la importancia de reducir el impacto ambiental en las zonas urbanas, así como de mejorar la calidad del aire y la gestión de los residuos. Dado que la mayoría de la población mundial vive en zonas urbanas, es esencial que los edificios sean más sostenibles para garantizar la calidad de vida a largo plazo, contribuyendo a crear ciudades más inclusivas, seguras y resilientes.